FELISA HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
En Vea había alcalde, secretario, alguacil y juez de paz. La elección del alcalde se hacía por motu proprio de algún vecino que se presentaba, mandando sobre el resto de los cargos y sobre el cura. El Ayuntamiento solía desoír las necesidades del pueblo (como, reconoce Felisa, no asegurar el molino del pueblo) celebrando algunas reuniones con los hombres del pueblo para tomar decisiones. El alguacil, que recorría el pueblo con una corneta, daba avisos para la llegada de vendedores ambulantes o para celebrar juntas y reuniones.