YOLANDA BLÁZQUEZ VALLORIA
Las generaciones anteriores solían hacer predicciones climatológicas como, por ejemplo, su padre, que auguraba que «después del cierzo llegaba el sol caliente». Controlar los ciclos lunares suponía una herramienta de gran utilidad dado que ayudaban a predecir el clima o calcular el momento ideal de la siembra. Miraban la posición de los hormigueros y avisperos: si se orientan de espaldas al norte, el invierno será duro. Había un vecino en el pueblo que, el día de San Juan al amanecer, se subía a la zona más alta del pueblo para comprobar la dirección del aire; si era viento del norte el invierno sería duro.