PETRA PALACIOS CASCANTE
Petra cargaba muchos kilos de ropa sobre la cabeza, muchas veces portaba dos baldes, uno encima de otro, para no tener que hacer más viajes porque el lavadero estaba lejos. Cuando se casó y no lavaba para otras personas, le llevaba el balde su marido. La ropa blanca la lavaba con lejía dentro del propio balde. Cuando lavaba la ropa de otras personas se la subía mojada a casa para que estas últimas la tendieran. Los lavaderos eran bastante cómodos y dice que el de abajo tenía agua caliente durante el invierno. Dice que las sábanas las lavaba bastante rápido. En invierno, mientras iba con el balde y lo tenía que sujetar, se le quedaban las manos heladas. Cuenta unas anécdotas sobre las manos heladas.