MARCELINA SAN JUAN OJUEL
En su casa, pasados los años, les pusieron agua corriente, pero hasta ese momento, tenían que ir a la fuente a por agua. Las chicas eran las que iban con los cántaros a por agua, además de lavar la ropa en el lavadero. El jabón lo hacían en casa con grasa que sobraba, agua y sosa. Si bien en el pueblo había vecinas que lavaban con ceniza, en casa de Marcelina lavaban con agua y jabón en un terrizo o en el lavadero. Lavando la ropa, las mujeres aprovechaban para desfogarse y tener buenas conversaciones entre ellas.