El lavado de la ropa se hacía sobre una estregadera de madera de chopo. En primer lugar, con el agua caliente, se enjabonaba la ropa con jabón y ceniza, para finalizar el lavado en el río. En los meses de invierno, a veces, llevaban martillos para romper el hielo del río y poder lavar. El jabón comprado solía ser del Lagarto Verde. El que se hacía en casa, se hacía con grasa animal: 6 litros de grasa (manteca), 6 litros de agua y 1 litro de sosa, calentado y removido en una cazuela de grandes dimensiones. Para el lavado de la ropa en el río, solía acompañar a su madre, coincidiendo con otras vecinas. Las más adineradas bajaban el cajón sobre el que lavar la ropa. Felisa cuenta una anécdota de su madre: en una ocasión, y por no tener cajón para lavar, se encontró una culebra de río trepándole la pierna.
05 Lavar la ropa
FELISA HERNÁNDEZ JIMÉNEZ