OVIDIO MARÍN CRESPO
El día de la matanza del cerdo era una gran fiesta. Se levantaban temprano y se mataba el animal. Lo primero que hacían era recoger la sangre y evitar que se cuajara para poder hacer las morcillas. Las morcillas que se hacían en Villarraso eran dulces. Se sacaban los intestinos del cerdo y los dejaban airearse hasta el día siguiente. El último día era el que preparaban las morcillas. Estos días comían tocino fresco y torreznos. La vejiga del cerdo se lavaba en el lavadero y después se guardaba la manteca dentro de ella.