MARCELINA SAN JUAN OJUEL
El primer día de la matanza se mataba y desangraba al centro, quemando la piel y pelándolo con agua hirviendo. La sangre se usaba para hacer las morcillas, por lo que mientras se desangraba al cerdo las mujeres debían darle vueltas constantemente para evitar que se cuajase. Ese mismo día hacían el morcillón e invitaban al vaquero a comer. El segundo día descuartizaban el cerdo, adobaban las costillas y hacían el picadillo para los chorizos. El último día se hacían el resto de los víveres con la manteca o el tocino, repartiendo el presente de la matanza.