FELISA HERNÁNDEZ JIMÉNEZ
Felisa conserva buenos recuerdos de su abuela materna Petra, siempre vestida con saya y pañuelo. Acudía asiduamente a misa a la iglesia de Vea llevando un candil que colocaba junto a la tumba de sus padres. Uno de sus hijos fue asesinado en la Guerra Civil, por lo que dejó de ir a misa hasta que el cura la convenció para que volviese. Felisa dormía con ella en la misma habitación y, al irse a dormir, rezaban y le contaba leyendas o historias populares. Recita de memoria la historia del «Conde de Lindasflores» y el poema de «Mañanita de San Juan».