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ESPERANZA SUBIRÁN SANTOLAYA
El queso elaborado en casa se hacía con leche cruda, calentándola a 40 grados sobre chapa de la cocina económica. Calentada la leche, se añadía el cuajo y se colaba hasta que cuajaba al completo. Tras cortar y prensar, se extraía el caldo que sobraba y se colocaba el queso en los moldes, estando listos para consumir o vender a partir del mismo día. El calostro, con azúcar y al baño maría o revuelto, se servía a modo de dulce.