34 La rueca y el hilado

JOSEFINA RIDRUEJO JUANO

El ahuecado de la lana se hacía a mano para abrir la fibra antes del hilado y, después, se realizaba el vareado. Una vez ahuecada se hilaba en la rueca, y a manos. Si se acababa un vellón, se podía unir al siguiente en el hilado para alargar el futuro ovillo. Por otra parte, el grosor podía modificarse con el torcedor, girando diferentes hilos finos. Una vez hilado, se organizaba el hilo en ovillos en torno a un palo y, finalmente, en madejas conformadas por diferentes ovillos.

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