ANTONIO ARROYO MARTÍNEZ
En los años 80 ayudaron a las familias en la gestión de la exhumación de fusilados de guerra para traerlos al pueblo. Se destacó la normalidad con la que se hizo, ya que el objetivo era sacarlos y llevarlos a un lugar digno sin ningún conflicto lo que para las familias fue un gran descanso, viéndose incluso algunos gestos en los funerales de los restos como el despliegue de banderas republicanas, sin ningún altercado ni conflicto. La exhumación la hizo la misma gente del pueblo porque conocían el sitio donde estaban muy bien.