En Semana Santa, se montaba el Monumento en el interior de la iglesia. El mismo se componía de diversas tablas pintadas que representaban la pasión de Cristo, con pinturas sobre el Ecce Homo, la presentación de Pilatos, la ciudad de Jerusalén, la Última Cena, etc… Las noches del Jueves y el Viernes Santo, los mozos tenían que hacer turnos de vela en la iglesia. Por su parte, los días previos a Semana Santa, las mozas tenían que pedir dinero por las casas para comprar las velas de la iglesia o, en caso de que no les diesen dinero, recoger huevos para venderlos en el mercado de San Pedro.