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Los pastores podían tener distintos conflictos con otras personas, como cuando se les escapaban las ovejas y se comían las hierbas de otros, pero no era o habitual porque era algo que le podía pasar a cualquiera. En Extremadura la relación con el resto de las personas era bastante buena. Las cuentas con el amo se hacían dependiendo de este y sus requisitos. Cuenta algunas anécdotas. Las ovejas no eran lo más rentable, pero era lo que tenían.