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La casa familiar, cuya propiedad conserva, se encuentra reformada y mejorada. En el pasado, el deterioro era muy notable: en la cocina solía acumularse el humo, aunque en ella solía hacerse vida diaria. Los hermanos dormían en la misma habitación y en los mismos colchones de lana. El granero se encontraba en la planta superior, junto a la dispensa de la carne, debiendo cruzar las habitaciones para llegar a él.